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| JAVIER MILEI. |
Según fuentes oficiales, la medida se inscribe en la estrategia de reducir la participación en organismos multilaterales, una política que el Gobierno viene sosteniendo desde el inicio de la gestión. En febrero de este año, la administración libertaria también había confirmado la salida de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La decisión implica un cambio histórico en la diplomacia argentina. El país había tenido una participación activa en el Consejo desde su creación en 2006, con varios mandatos cumplidos y una presidencia destacada en 2022. Con este retiro, Argentina dejará de tener voz y voto en un foro clave para la defensa de los derechos humanos.
Organismos internacionales, entre ellos Amnistía Internacional, expresaron su rechazo a la medida y advirtieron que el país “pierde la posibilidad de impulsar resoluciones y de influir en decisiones centrales sobre derechos humanos en el ámbito global”.
En reemplazo de la candidatura argentina, se espera que Ecuador ocupe la vacante en las elecciones previstas para octubre, cuando la Asamblea General de la ONU defina la composición del Consejo para el próximo período.


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