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SILVINA LUNA. |
Hace ya dos años que el corazón de Silvina Luna dejó de latir, pero el dolor por su ausencia sigue tan vivo como el primer día. La modelo, actriz y conductora, nacida en Rosario, nos abandonó demasiado joven, con apenas 43 años, dejando un vacío inmenso en el mundo del espectáculo y en el alma de muchísimos argentinos que la querían.Su carisma la catapultó a la fama desde muy chica, convirtiéndose en un ícono de la televisión argentina. Con una sonrisa inconfundible y una energía arrolladora, Silvina conquistó al público, que la siguió en cada paso de su carrera, desde los comienzos en la casa más famosa hasta sus trabajos en teatro y televisión.Pero detrás de ese brillo, una sombra se cernía sobre su vida. Una intervención estética realizada por Aníbal Lotocki se convirtió en el inicio de un calvario de salud que duraría más de una década. Las complicaciones renales fueron minando su cuerpo y su espíritu, obligándola a una lucha constante y agotadora.Silvina se puso las pilas y peleó con una entereza admirable, compartiendo su experiencia para concientizar sobre los peligros de las cirugías estéticas y la importancia de la salud. Su voz se alzó para denunciar la mala praxis, buscando justicia no solo para ella, sino para todas las víctimas.Los últimos meses de su vida fueron de una crudeza inimaginable, con internaciones prolongadas y la esperanza que se aferraba a un hilo. Finalmente, su cuerpo dijo basta, dejando a un país entero conmocionado por la injusticia de su partida.Hoy, a dos años de aquel triste desenlace, su recuerdo sigue intacto. Silvina Luna no solo fue una figura pública, sino también un símbolo de resiliencia y una voz para quienes sufrieron en silencio. Su legado es una bandera que sigue flameando en la búsqueda de justicia y en la memoria colectiva de un pueblo que no la olvida. Descansá en paz, Silvina.
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