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| CASA BLANCA. |
La revisión de los datos oficiales también modificó a la baja las cifras de junio, registrando una pérdida neta de 13.000 empleos, el primer saldo negativo desde diciembre de 2020. Este ajuste refuerza la percepción de que el ritmo de creación de empleo en el país está perdiendo fuerza, evidenciando un enfriamiento en la dinámica laboral estadounidense.
La reacción del presidente Donald Trump ante el informe laboral del mes anterior fue inmediata y polémica: decidió destituir a la economista encargada de elaborar las cifras y propuso a una persona de su confianza para reemplazarla. Durante una cena con importantes ejecutivos del sector tecnológico, Trump restó importancia a los datos y señaló: “Las cifras reales de las que hablo serán las que se vean dentro de un año, sea cual sea el resultado”.
El debilitamiento del mercado laboral podría aumentar las expectativas de un recorte en la tasa de interés principal de la Reserva Federal, tal como ha señalado el presidente de la Fed, Jerome Powell. Una reducción de tipos en la próxima reunión del 16 y 17 de septiembre podría abaratar distintos costos de endeudamiento, incluidos préstamos hipotecarios, créditos automotrices y préstamos comerciales, estimulando nuevamente la actividad económica.
En este contexto, los expertos advierten que la combinación de un crecimiento modesto de empleo y la revisión negativa de meses anteriores refleja un panorama laboral más frágil, que podría influir en las decisiones de política monetaria y afectar la confianza de consumidores e inversores en los próximos meses.

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