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SANTIGO Y FEDE BAL. |
Nadie parecía adivinar que ese instante daría lugar a un guiño inesperado y cargado de emoción, uno que haría vibrar el salón y, minutos después, incendiar las redes sociales.
“Muchas gracias, somos muy felices de hacer televisión, de hacer este programa hace muchos años. Gracias a El Trece, que es nuestra casa. A todos los argentinos que encontramos por el mundo, que siempre tienen ganas de volver a la Argentina, que es el mejor país del mundo”. El auditorio escuchó al conductor premiado con atención, algunos con la sonrisa cómplice de quien conoce el peso de esas palabras.
Pero hubo algo más. Cuando todo parecía cerrar bajo los aplausos, fue el propio Fede Bal quien levantó la estatuilla en una mano y, con la otra, encendió un encendedor. “Y por último, quiero agradecer a unas personas que yo creo ellos saben en este momento a quienes me refiero”, anunció. El salón, súbitamente en silencio, contempló ese pequeño fuego convertir el agradecimiento en símbolo. ¿Qué significaba? ¿A quién iba dirigido?
Esa imagen no tardó en recorrer las redes. Y los fans de Los Simuladores captaron al instante el homenaje: el capítulo 9 de la primera temporada, El último héroe, donde Santiago Bal interpreta a Rubén Bértora, conductor de televisión, era el origen de todo. En aquel episodio, el reconocido actor brillaba por partida doble: primero, como un presentador que contrata a Los Simuladores para recuperar la conducción de una gala que le habían robado; después, convirtiéndose en cómplice de Santos, Medina, Ravenna y Lamponne en uno de los engaños más audaces de la serie.
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